Arcesio Bermudez,murio a causa de un ovni???
La desconocida casuística OVNI colombiana contiene algunos incidentes sumamente interesantes. Quizás el presente caso, sea uno de los más desconcertantes que ha ocurrido en el país sudamericano, pues aparte de un trágico desenlace tuvo un epílogo siniestro. Todo comenzó la noche del 4 de julio de 1969 cuando varias personas que se encontraban en la finca del ranchero Arcesio Bermúdez, cerca de Anolaima, situada a unos 65 kilómetros de Bogotá (Colombia) fueron testigos de las erráticas evoluciones de una luminaria en el cielo. Serían las 20:00 Horas de la noche, cuando Mauricio Gnecco, de 13 años y Enrique Osorio 16 años alertaron al grupo de amigos y familiares de la presencia de una misteriosa luz amarilla/anaranjada en la lejanía. Tal y como afirmó Lucrecia Bermúdez Sierra al periódico "El espectador" en 1969: “En forma inesperada vimos aparecer en la distancia una lucecita parecida a la de un globo. Esta se fue acercando a nosotros, hasta casi enceguecernos, ya que la luz que expedía el aparato era sumamente brillante y parecida a la que irradian las bombillas (…) El extraño objeto descendió a pocos metros de nuestra casa, cerca de una arboleda. Su iluminación desapareció por espacio de unos segundos”. El silencioso artefacto se había situado a unos 45 metros de la finca, trazando círculos por encima de las copas de los árboles. Los testigos indicaron que el objeto, de forma circular medía entre 1´20 metros y 1´80 metros de altura, y parecía tener un anillo luminoso a su alrededor con dos patas luminosas azules con los extremos verdes en su parte inferior.
Marleny Suárez, de 8 años, describió la insólita escena a los reporteros: “una luz grande y penetrante pasaba muy bajo por la finca, pasaba por el borde de los árboles y allí había bastantes muchachos y empezaron a alumbrarlo con linternas y a gritar un ovni, un ovni”. Al parecer el objeto "respondió" a la llamada luminosa en "morse" emitida por los jóvenes y se acercó a la finca. Los testigos contemplaban el prodigio celeste ensimismados, cuando Arcesio Bermudéz decidió acercarse al artefacto tomando la linterna de Mauricio Gnecco.
Su sobrino, abogado de profesión, Gustavo Bermúdez, dijo a la prensa que precisamente su tío: "fue la persona, en ese caso, que estuvo más cerca del aparato. Estuvo aproximadamente a 7 metros, cuando el aparato estaba un poco débil de luz”. Por su parte Mauricio Gnecco, afirmó que: “El artefacto encontró a Arcesio y el artefacto al frente y permanecieron como mirándose, como un par de minutos. Pero ni Arcesio, ni el artefacto actuaron o tuvieron intención de hacerlo uno sobre otro. Señales, comunicarse, abrirse o moverse, no. Permanecieron como mirándose”. Antes de desaparecer en la lejanía, la luminaria según algunos testigos lanzó un haz de luz sobre Bermúdez.
El investigador John D. Simon comprobó que la noche del avistamiento, sobre las 20:30 horas, un piloto comercial preguntó a la torre de control del aeropuerto de Bogotá si en la zona de Anolaima había un helicóptero, ya que desde su avión observaba una luz amarillenta en la zona. Los controladores le informaron que no tenían constancia de ningún vuelo en las proximidades. Lo curioso es que cuando el avión encendió las luces del tren de aterrizaje, aquella luminaria parpadeó como realizando señales. También los campesinos Clemente Bolívar y Rosalba Prieto que residían a tan sólo 3 kilómetros de la finca de Arcesio denunciaron la presencia de extrañas luces en el cielo aquella noche. Posteriormente los niños fueron entrevistados por los Dr. Luís E. Martínez García y el psicólogo José Barreto, que encontraron muchas similitudes en los relatos de los testigos, así como en los dibujos del objeto que realizaron bajo hipnosis.
ENCUENTRO LETAL
El 12 de julio, Arcesio Bermúdez fue trasladado al hospital de Seguro Social de Bogotá, donde fue atendido de urgencia por el doctor Luis Borda y el Dr. César Emerald, quien por entonces era Secretario de Salud en Bogotá y llegaría a ser nombrado Ministro de Salud y Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad del Atlántico. Sin embargo, pese a los intensos cuidados que recibió, Arcesio falleció horas después. El diagnóstico emitido por el hospital indicaba la causa de la muerte: gastroenteritis ocasionada por una infección alimentaria, acelerada por una extrema deshidratación. El periódico "El Espectador", en su edición del 17 de julio recogía el testimonio del Doctor Emerald: “El paciente se encontraba bastante mal. Presentaba afecciones cardíacas, y deshidratación en tercer grado, esta última provocada por vómitos y diarreas. Me fue imposible controlar su enfermedad, no pudimos hacer nada. Me llamó la atención el hecho de que el paciente estuviera hipotérmico, es decir, que no tuviera temperatura”. Al parecer este dato desconcertó a los facultativos al ser “poco común”. Cuando los periodistas le preguntaron sobre la posible vinculación de la enfermedad con su encuentro con el "platillo volador", el médico dijo que: “Lo único que puedo decir es que de acuerdo con la enfermedad, el paciente debía tener temperatura, pero en realidad no la tenía. Yo le hablo desde el punto de vista médico, de tal manera que no puedo asociar la muerte con la presencia del objeto de que me habla”.
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